FanFIC no. 40 "MTV 2009 I.Kristen"

MTV 2009 I

Kristen

Llegamos a la ceremonia de entrega de los premios por separado, como siempre y como habíamos acordado entre los dos para no despertar sospechas. Y también como siempre yo estaba de los nervios. Amo hacer películas, el hecho de sumergirme en otras vidas, el crear un personaje en mi cabeza y el proceso que conlleva pero las alfombras rojas no son para mí y nunca lo serán. Así que en el último momento decidí ponerme mis Converse para disgusto de mi representante. Pero a pesar de sus suplicas no claudiqué, aun me molestaba el esguince que me había hecho en el tobillo rodando Luna Nueva. Ya iba a ser bastante difícil salir a recoger los premios, porque eran varios, e intentar que no se me notara lo que sentía por Rob como para tener que mantener el equilibrio.

 

Rob entró por una puerta trasera, sin pasar por la alfombra roja. Nos encontramos dentro del recinto junto a todo el cast de Crepúsculo, exceptuando a Nikki. Alegó un rodaje pero a mí no me engañaba, no quería encontrarse con nosotros. Abrazos, besos, reencuentros y Rob que me miraba de arriba abajo, de forma muy seductora, deteniéndose en toda mi anatomía. El estaba, como decirlo, increíble con aquella chaqueta azul sobre una camiseta y un pantalón negro. Sexy, sonriente y yo feliz de tenerlo a mi lado.

Me moría por tocarle, por besarle por decirle cualquier cosa pero me podía la vergüenza. Me mordí el labio mirándole fijamente. Rob se dio cuenta y se acercó con esa preciosa sonrisa de medio lado que me desarmaba. <<Me encanta verte caminar>>, pensé mientras se acercaba con esos andares suyos tan elegantes. Llegó hasta mí y me susurró al oído:

- Estás perfecta, guapa y sexy. No te avergüences de ser tan bonita.

Bajé los ojos ruborizándome sin remedio y le sonreí con toda mi alma al volver a levantarlos para mirar sus dulces ojos azules. Rob continuaba escrutándome. 

Quería tomar su mano. Rob me miraba con la misma intención, rozándome con sus largos dedos en cuanto podía. Quería besarle y decirle todo lo que significaba para mi estar allí con él, que me animase y me hiciese creer en mí misma como siempre hacía. Le conocía, sabía lo que significaba aquella mirada de devoción. Pero no podía ser, no por ahora. No hasta que no me sintiese capaz. 

Nos sentamos juntos, bueno junto a Stephanie Ritz y cientos de personas más y decenas de cámaras pendientes de cada gesto, cada mirada. Rob estaba claro que lo llevaba mejor que yo. No pude reírme mucho de los chistes ni disfrutar del espectáculo. Aunque sus continuos comentarios demostraban su nerviosismo era muy diferente al mío. Rob lo sacaba afuera y yo me lo guardaba, necesitaba estar en silencio para no perder los papeles, para mantener la calma y no bloquearme. El, en cambio, se relajaba hablando y bromeando y eso representaba todo un peligro. Más de una vez toqué su pierna para frenar su entusiasmo aunque la mayor parte del tiempo fue para mostrarle complicidad. El me miraba con ternura al ver como mis nervios me hacían parecer triste y preocupada.
- ¡Uf! Nos toca dentro de poco – dije aterrorizada. Me temblaban las piernas.

- Tranquila, Kristen lo harás muy bien – dijo Steph.

Rob ya había salido con Cam a recoger el “Premio a Mejor Pelea”. Respiré hondo y me cambié de sitió con Steph para ponerme junto a Rob y prepararme para salir. Rob me miró con sus dulces ojos y tocó mi pierna con la suya haciendo que parara de moverla.

- Mataría por salir de aquí ahora mismo – suspiré con fuerza.

- Yo también - dijo Rob frotándose las manos y tocándose el pelo sin parar.

- Lo dices para tranquilizarme – susurré.

- Para nada, es que en realidad me encantaría estar en otra parte contigo – sonrió.

- Shhh, calla estoy segura de que tiene gente que sabe leer los labios.

Rob soltó una carcajada ante mi ocurrencia.

Ya estaba, el “Premio al Mejor Beso”. Ahí íbamos. La tradición de los MTV decía que debíamos besarnos en el escenario pero habíamos quedado en no hacerlo aunque no habíamos fijado cómo no hacerlo. Rob era capaz de improvisar, muy capaz y tuve que advertirle que si lo hacía no tendría sexo hasta navidad. Aunque estaba segura de no poder cumplir con la amenaza de ningún modo. Era adicta a esa cara, a ese cuerpo y a lo que con él me hacía.

Llegamos al escenario. Sandra Bullock y Ryan Reynolds nos esperaban. Mi corazón iba a mil por hora. Se oían gritos y más gritos desde el público. Rob subió detrás de mí, se paró junto a al atril, enfrente mío y se acomodó la ropa. Era el momento estelar de la noche. Rob respiró profundamente, se restregó los ojos y se alborotó el pelo. <<Venga, vamos. Acércate o acabarás haciéndome reír con tantas chorradas>>, pensé nerviosa. Me dispuse a acercarme a Rob cruzando mis brazos sobre el pecho, concentrándome para no distraerme con su belleza. Iba a ser muy difícil no hacerlo, estaba tan arrebatadoramente guapo esa noche… <<Se te cae la baba, Kristen>>, pensé enfadándome conmigo misma. 

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Rob se sacó el chicle de la boca y con disimulo lo pegó dentro de la manga de su chaqueta y esta vez sí se fue acercando a mí. Cerró los ojos y no pude evitar recordar la primera vez que lo besé en mi vida, en aquella cama en la casa De Catherine. 

Me deleité en contemplar sus parpados cerrados, sus largas pestañas, sus respiración profunda. <<Tranquila, recuerda dónde estás, que no pase como en Italia, no pierdas la noción del tiempo y del espacio, no puedes>>, me dije cuando su rostro casi rozaba el mío. Me acerqué un poco más hasta rozarle, lentamente. Rob se había quedado quieto esperándome pero se fue acercando, se inclinó un poco hacia mí, posando su frente sobre la mía. Casi me estremecí al contacto con su piel. Bajé la mirada para no empeorar las cosas. Realmente me apetecía tanto besarlo… Me contuve con todas mis fuerzas, a pesar de sentir como si una corriente cargada de electricidad nos rodeara atrayendo más y más nuestros cuerpos. Podía sentir su respiración, notaba su calor, olía su aroma. 

Entreabrió los labios con los ojos aun cerrados y ya no pude más. Me separé de su contacto y bromeé mientras él se hacía el sorprendido. Luego le tomé de la mano y pensando que nadie lo oiría, así agarrados, le conduje al backstage diciéndole: vamos, cariño.

Al encontrase al resguardo de las cámaras Rob se pegó a mí y con su mejor sonrisa me susurró al oído:

- Me debes ese beso.

- Aha – sonreí sin poder apartar mis ojos de su cara, de su boca.

- Me lo merezco por haberme portado tan bien.

- No sé… uhmmm, ¿por qué llevabas ese chicle?

- Por nada – sonrió pícaro.

- Te conozco. Pensabas que iba a besarte al final.

- No – dijo aguantando la risa -. Bueno, la esperanza es lo último que se pierde.

- ¡Lo sabía!

- Pero me lo debes.

- Claro que sí – dije mimosa -. Además… tengo una sorpresa para ti.

- ¿Cuál? Sabes que me encantan las sorpresas.

Comenzamos a reírnos muy cerca el uno del otro, cuchicheando. Nuestro tonteo era un secreto a voces entre bastidores. De repente apareció mi agente con una sonrisa y nos interrumpió para decirme que se me había oído lo de “cariño”. Me tapé la cara por las manos avergonzadísima y vi como Rob dejaba de sonreír al ver mi reacción. ¿Estaba ofendido, triste? Algo en mi forma de reaccionar había hecho que frunciese le ceño. 

Quería saber cómo se sentía pero no podía preguntárselo allí, delante de tanta gente. En vez de eso regresamos a nuestros asientos respectivos porque aun quedaban premios por entregar, entre ellos el de “Mejor Actriz”. - Me toca luego – dije respirando hondo.

Rob se acercó mucho a mi oído y me susurró muy bajito justo antes de salir:

- Disfrútalo, amor. Yo voy a estar animándote desde aquí.

Su voz suave y aterciopelada me hizo estremecer. Me moría por besar su hermosa boca. Si las miradas pudiesen demostrar todo el amor que sentía por él esa que le eche en ese instante fue un ejemplo de ello.

Tenía miedo de no oír mi nombre cuando me tocase salir y estuve atenta a cada palabra de la presentadora separándome de Rob, preparada para levantarme en cualquier momento. Por fin sonó mi nombre y me levanté para recoger mi Premio a la Mejor Actriz. Pude oír a mi espalda como Rob gritaba y aplaudía como un poseso.

 

Parecía que todo estaba bien pero yo tenía la sensación de que le había herido sin querer y no podía aguantarlo. <<Tengo que hablar con él, tengo que saber antes de que se vaya a N.Y. No podemos despedirnos así, quedando algo pendiente entre nosotros>>.

Subí al escenario intentando ofrecer mi mejor cara y agradecí el premio a todos, a Stephenie Meyer por aquella oportunidad, por cambiarme la vida de aquella increíble forma, por Crepúsculo que me había traído a Rob del otro lado del mundo… Lo pensé pero no lo dije. En vez de eso le miré directamente a él y le incluí en ese agradecimiento desde el fondo de mi alma.

Cuando ya estaba a punto de retirarme sucedió la catástrofe. El premio pesaba y mis manos son muy pequeñas y las tenían sudadas. Eso unido al temblor que me provocaban mis nervios acabó con el pesado premio, que representaba un cartón lleno de palomitas, por los suelos. 

Incluso se rompió, desprendiéndose una palomita dorada. No podía creerlo, quería morirme de la vergüenza y salir corriendo de allí, esconderme. Salí del paso lo mejor que pude.

- Esto fue tan incómodo como pensé que sería – dije con franqueza.

Al volver a mi asiento intenté no mirar a nadie, solo a mis Vans pero me topé con la risa de Rob y su mirada y no pude evitar reírme también.

- Acabo de hacer el ridículo más espantoso de toda la historia de estos jodidos premios -. Dije coloradísima en voz baja.

- ¡Qué va, has estado genial!. Has hecho que todo el mundo acabe meándose de la risa – dijo Rob a carcajadas.

- - Ya, como no has sido tú el que ha roto el premio… - dije intentando reprimir una carcajada.

...Continuará...