FanFIC no.128 'Sexo vampírico. Rob'

Somos un Blog ROBsessed, donde solo deseamos seguir contando la versión de Irina en la historia Robsten como lo veníamos haciendo anteriormente. Este FanFic es parte medular de este Blog ROBERT PATTINSON EN ESPAÑOL, razón por la cual  suplicamos RESPETO al comentar los relatos. Si No os sentís preparados para leerlos No lo hagáis, eso no va a ofender a Irina. Pero rogamos evitéis críticas destructivas que si pueden molestar mucho y crear mal ambiente en el Blog.

Asi quedarán organizados los FICs en este blog:

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FanFIC no.128

"SEXO VAMPIRICO. ROB"
Imágenes: Elena

Hacía mucho frío en pleno Enero y Kristen y yo nos teníamos que pasar el día en el set en cueros. Creo que por mi procedencia inglesa o mi educación de tradición católica, quizás ambas cosas, la desnudez es algo que no llevo con naturalidad. 

Me incomoda estar desnudo delante de un montón de gente. No creo que sea tan raro. Mis padres nunca han sido lo que se dice unos hippies, como los de Kristen y eso de andar desnudos por la casa era algo extraño para nosotros. Además en Inglaterra no hace un clima demasiado benigno.

Kristen lo llevaba muchísimo mejor que yo. No le daba tanto apuro enseñar su precioso trasero ante Bill, los cámaras, los técnicos de iluminación, de sonido, los de atrezzo y un largo etcétera. Yo me quitaba el albornoz en el último momento, cuando Bill gritaba ´´ACCIÓN´´.

Esas escenas son siempre algo incómodas en el mundo del cine, salvo extrañas excepciones a casi ningún actor o actriz le gustan. Las hacemos por exigencias del guión y nos las tomamos como parte de nuestro trabajo, no como algo placentero. 

Esas escenas de sexo son mentira, no disfrutamos y son pura coreografía, muy ensayadas antes de rodarse. Es como jugar al Twister, en realidad. Piernas y brazos enredados y todo muy profesional.

El problema llega cuando la actriz con la que tienes que rodar esas escenas es tu pareja y te gusta mucho su cuerpo, muchísimo, y con solo verla desnuda te apetece hacerle el amor. A ella puede pasarle lo mismo pero no se le nota a simple vista. A mí sí para mi desgracia y sonrojo.

- Mañana nos toca empezar con las escenas de cama – murmuré pensando en voz alta.

- ¿Escenas de cama? – rió Kristen -. ¡Ay Rob, no me digas que te incomodan!

- Pues más que nunca.

- ¿Por qué? - dijo sentándose a mi lado en el sofá -. Son conmigo.

- Por eso mismo – resoplé.

- No entiendo – dijo extrañada.

- A ver si me explico. Tú… tú me gustas mucho y el tener que estar encima de ti o… o debajo, los dos sin nada de ropa pues…

- ¡Oh, joder Rob! ¿Es por eso? ¿Tienes miedo de excitarte de verdad? – exclamó abriendo mucho los ojos.

- Pues sí. Eso es lo que me pasa. Voy a tener que hacer verdaderos esfuerzos para no… no ponerme… Oh, joder! ¡Ya me entiendes! – bufé francamente incómodo.

Kristen se echó a reír y me acarició el pecho suavemente.

- Me matas de risa, Rob.

- No le veo la gracia. Voy a tener que ponerme a contar hasta 1000 o pensar en mi abuela para no pasar un mal rato.

- ¿Con las demás actrices no te pasa?

- No, es trabajo y punto. No me fijo en ellas en ese momento. Estoy demasiado ocupado en preocuparme por si me huele mal el aliento como para fijarme en sus tetas.

- No te creo – rió Kristen.

- ¿Cómo que no me crees? – exclamé mirándola.

- No creo que no te fijases en las tetas de la Ricci – dijo con sorna.

- Bueno, es difícil no fijarse, lo reconozco – asentí -. pero te juro que no pasé de ahí.

Volvió a reírse a carcajadas y se pegó a mi cuerpo provocándome como solo ella sabe.

- Así que tienes miedo de ponerte cachondo mientras rodamos – me susurró junto a la boca.

- Exacto, preciosa – dije acariciando su mejilla con la punta de mi nariz.

- Los dos desnudos, poniendo lascivas posturas, rozándonos, fingiendo jadeos de placer, aparentando orgasmos, simulando sexo vampírico… - ronroneó.

- No quiero que sean nuestros esos jadeos. No quiero que parezcamos nosotros – dije muy serio.

Era cierto, quería preservar algo de nuestras vidas, nuestra intimidad era solo para nosotros, nuestros gestos, nuestras caricias, el modo en que hacíamos el amor. Era algo muy íntimo.

- Lo sé. Yo también opino así – susurro.

- Me gustas tanto amor… - dije acariciando su cintura.

- Y tú a mí – sonrió mordiéndose el labio.

- ¿Y no vas a excitarte ni un poco? – sonreí con picardía ante ese sexy gesto tan suyo que me encantaba -. ¡Qué desilusión!

- ¿Y quien te ha dicho que no lo hago? – me susurró al oído melosa como una gatita.

Ese comentario hizo que recordase una gran duda que tenía acerca de Kristen.

- No quiero que te moleste esto que voy a decirte, amor – dije con cautela.

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- A ver, dime – sonrió divertida, pegándose más a mi cuerpo.

- Cuando ruedas con otros… quiero decir… - titubeé.

- ¿Quieres saber si me excito rodando escenas sensuales con otros? – sonrió.

- Sí, eso es – asentí.

- Para nada. Aparte de tus besos los que más me han gustado han sido los de Dakota en ´´The Runaways´´.

- ¡Lo sabía! – reí a carcajadas.

Me miró y se rió conmigo, o de mí, no lo sé muy bien.

- Yo creo… que hay una manera de que eso – dijo señalando mi bragueta -. No sobresalga en pantalla.

- ¿Ah, sí? – reí -. Dime como, preciosa.

- Creo que si llegamos al set… cuando acabamos de hacer el amor… - sonrió con cara de absoluta picardía -. será más fácil para ti. Te costará más excitarte, no tendrás tantas ganas porque acabarás de hacerlo conmigo.

- ¡Uhmmmm, nena! Tienes unas ideas brillantes – gruñí rozando su cuello y pegando mis labios a su piel, recorriéndolo.

Kristen jadeó quedamente y se dejó acariciar cerrando los ojos.

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Lo hicimos, mucho, justo antes de comenzar el rodaje diario. Pero aun así yo seguía preocupado por el hecho de estar desnudo delante de todos. Hablé de eso con Peter y fue muy discreto al sugerirme una especie de tanga de color carne que taparía mis atributos masculinos y haría el momento de pasearme delante del equipo de rodaje sin albornoz mucho más fácil. 

El problema fue que al ponérmela… ¡me quedaba pequeña! Apenas me cabían los testículos y maldecí a quien había inventado esa porquería. 

Aun así me la dejé puesta bajo el albornoz, carente ya de todo orgullo por culpa de ese trozo de lycra.

Al llegar al set Kristen ya estaba preparada con su albornoz y una especie de braguitas de color carne que se difuminaban prácticamente con su piel. No llevaba nada más. Yo he tenido más escenas de índole sexual que rodar pero nunca me acostumbraré a estar sin ropa, ni siquiera sin camiseta. Me siento muy incómodo cuando varios tipos barbudos y enormes se mueven a mi alrededor observando mi culo.

Kristen se quitó el albornoz sin ningún tipo de problema y cuando lo hice yo y me vio con aquella tanga minúscula no pudo aguantarse la risa. 

- Pero… ¿qué diablos llevas puesto, Rob?

- ¡Y yo que sé! – bufé avergonzado.

Y acto seguido estallamos todos, incluido yo, en ruidosas carcajadas.

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Todo estaba dispuesto en el decorado que representaba la cama en la cabaña de Edward y Bella. Una atmósfera acogedora, el equipo reducido al mínimo y nervios, muchos nervios por lo menos por mi parte. 

- ¿Preparados chicos? – preguntó Bill -. ¡A la cama!

Me tumbé en la cama y Kristen me siguió.

- ¿Kristen? – preguntó Bill de nuevo.

- Sí, lista – dijo Kristen colocándose sobre mí.

- Rob, relájate, estás tenso – dijo Bill.

- Es que me aprieta la tanga – dije sin poder evitar una risita nerviosa.

- Venga intentad poner cara de placer y no os riáis, chicos. Estáis en faena y sois dos vampiros muy excitados ¡Rodamos! – gritó Bill.

- Allá vamos – sonrió Kristen respirando hondo - ¿Rob?

- Sí – asentí tumbado, inspirando con fuerza.

Yo tenía que acariciarla, besarla y fingir placer. Eso no era difícil pero sí muy poco natural. Además Kristen se puso a jadear para dar mayor credibilidad a la escena y eso me gusta mucho en la vida real pero allí... Me entró la risa y Bill paró el rodaje.

- Kristen, no hace falta que… que gimas tan fuerte – dijo Bill algo azorado.

Mi estruendosa carcajada fue involuntaria.

- Pero se supone que es sexo vampírico, Bill. Que es excepcional, increíble, salvaje.

- Un polvazo – susurré entre risitas.

Kristen me miró con una de sus caras de ´´No seas crío´´.

- Se supone que somos como animales que no podemos parar, que la almohada y la ropa acaba hecha girones, que explotamos de placer y vemos lucecitas ¿Cómo le llamas a eso? ¿Cómo lo expreso?

- Deberíamos volar – añadí.

- Vale pero sin ruido. Recordad el PG-13, por favor.

Nos pasamos así toda la semana y creo que fue la semana de mi vida que más he hecho el amor. Surtió efecto porque conseguí estar mucho más ´´relajado´´ en el set. 

Las tomas concluyeron con primeros planos de nuestros rostros y partes del cuerpo. Pero Bill no acababa de estar satisfecho.

- A ver, chicos. No, así no. Algo más… sensual pero no explícito.

La cámara estaba casi junto a nuestros rostros y Kristen se sentaba a horcajadas sobre mis piernas pero sin presionar cierta parte de mi anatomía. 

- No te entiendo Bill – dijo Kristen mientras yo resoplaba cansado.

- Ponedme… ¡cara de orgasmo! – pidió Bill con énfasis.

- Cara de orgasmo, vale – repitió Kristen asintiendo con los brazos en jarras, haciéndome reír de nuevo.

Y eso hicimos, fingir, representando infinidad de eróticas gesticulaciones. Con la boca abierta, los ojos en blanco, el ceño fruncido en muecas de placer, todo terriblemente extraño y jocoso.

Y sin pecar de presuntuoso tuve varias buenas ideas como por ejemplo comenzar la escena de la primera vez de Bella besando su cuello.



Era el lugar prohibido para Edward mientras Bella había sido humana y ahora el pobre tipo debía desquitarse. 

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Esa noche al regresar del rodaje, ya en la cama me disponía a leer un libro que casi tenía terminado cuando Kristen se coló entre las sábanas tan solo vestida con unas braguitas. 

- Bueno, ¿qué te han parecido mis caras de orgasmo? – murmuró muy cerca de mi oído.

- Muy… reales. Muy parecidas a las que pones cuando tienes uno – dije mirándola divertido, soltando el libro sobre la cama.

- Ha sido muy divertido al final ¿verdad?

- Creo que es lo más agradable que he rodado en mi vida, nena.

- Sí, yo también, cero sufrimiento y todo placer.

- ¿Placer?

- Claro, lo que pasa que a mí no se me nota y no tengo que pensar en mi abuelita.

- ¿Ah sí? – reí.

- Aha. Y… lo bueno es que… ahora tengo tantas ganas… – susurró mordiéndose el labio tentadora, haciendo que ese gesto provocase un verdadero incendio en mi cuerpo.

- Pues ven aquí nena, que te voy a demostrar lo que es el verdadero sexo vampírico.

Me abalancé sobre Kristen con un gruñido salvaje que la hizo emitir un gritito de miedo fingido. Después los dos rodamos sobre la cama en un juego de forcejeo en el que ella intentaba zafarse de mi cuerpo y yo posarme sobre el suyo mientras nos reíamos.

- ¿Quieres sentir cómo te muerde un vampiro? – susurré poniendo cara de fiera, lanzándome sobre ella y haciendo el ademán de morderla.

- ¡No, no! – chilló.

Cuando la tuve inmovilizada bajo mi cuerpo ambos paramos respirando afanosamente. Kristen me miró jadeante y dejó de luchar y me estrechó entre sus brazos con necesidad. Mis brazos ávidos y protectores se cerraron con fuerza alrededor de su pequeño y hermoso cuerpo. Kristen cerró los ojos y se dejó envolver por mi cuerpo.
Yo también me deje vencer y me puse sobre ella abandonándome a su cálida blandura, aspirando su aroma dulzón y lúbrico. Olía tan bien… Acaricié su cuello con mi nariz, respirándola, frotando mi barba incipiente por su suave piel, rozándola apenas, provocándole un gemido lento y lascivo. Algo se estremeció en mi interior al escuchar ese gemido casi doloroso. Susurré un casi inaudible ´´Te quiero´´, hundiendo mi cara en su cuello disfrutando de su cercanía y su calor mientras ella acariciaba mi pómulo con un solo dedos, dibujando el contorno de mis labios, de mis mejillas, de mi mandíbula.

Y así, suave y lentamente, hicimos el amor una vez más.

Al terminar, nuestras miradas se encontraron. Sus dedos se perdieron en mi pelo y su aliento me acarició mientras me dejaba invadir por el cansancio. Era tan sencillo olvidar un pesado día entre sus brazos… Para mí eso era suficiente, no necesitaba nada más.

...CONTINUARA...